Así va el partido árabe

07/Mar/2011

El Observador

Así va el partido árabe

5-3-2011 Egipto y Túnez ya derribaron a sus dictadores y encaran la transición; el resto de la región lucha con fuerzas muy disímiles
Ya hace un mes y medio que el mundo árabe explotó. Túnez y Egipto vieron caer a sus dictadores al influjo de las manifestaciones populares, y la ola se extendió a Argelia, Marruecos, Baréin, Jordania, Yemen, Omán y hasta Irán y Arabia Saudita. Ahora, mientras el centro se focaliza en Libia, la región sigue en plena transformación. Algunos lo comparan con las revoluciones europeas de 1848, que dieron paso a la democracia liberal. Otros ponen el foco en 1989, con el fin de las dictaduras soviéticas. Pero tras la manifestaciones masivas y los dictadores caídos, ¿hacia dónde va la región?
Los que lo lograron. En principio, las noticias que llegan de Túnez y Egipto parecen ser buenas. Tras la caída de los regímenes de Ben Alí y de Mubarak llegaron las lógicas dudas de que el viejo poder hiciese un leve maquillaje y minara los aires de cambio. Sin embargo, ambos dieron esta semana señales sólidas para pensar que se iniciará un camino democrático.
En Túnez, ayer, el nuevo primer ministro Beyi Said Essebsi, que asumió tras la caída de Mohamed Ghanuchi, dio un discurso que parece encarrilar el proceso de transición. Marcó sin amagues un corte con Ben Alí, a quien acusó de “traición” y para quien pidió la pena capital. Anunció que mañana se anunciará el nuevo gobierno de transición y que la principal preocupación es “el restablecimiento de la seguridad para que el país recupere un ritmo normal”.
Se trata del tercer gobierno de transición. El primero, con la caída de Ben Alí caliente, duró apenas horas. El segundo cayó tras un mes y medio.
La gran diferencia, además de los nombres, es el ritmo al que Essebsi parece impulsar las reformas y los problemas sociales, estableciendo un corte definitivo con el antiguo régimen. Essebsi prometió ayer investigar los abusos de poder y aseguró “que los culpables serán juzgados según la ley”. También habló de atacar el desempleo, en especial los 150 mil licenciados universitarios que no encuentran trabajo. Pero además, se llevó los aplausos por apoyar el discurso del presidente interino, Fuad Mebaza, quien anunció la convocatoria de elecciones a una asamblea constituyente para el 24 de julio. Desde la plaza del Gobierno, donde miles de manifestantes habían vuelto reclamando cambios, la respuesta fue significativa: los campamentos empezaron a ser desmontados voluntariamente.
También llegan buenas noticias desde Egipto. El miércoles, el primer ministro Ahmed Shafiq (ex titular de Defensa de Mubarak) fue forzado a renunciar, y en su lugar asumió Esam Sharaf, que recibió el apoyo de miles de personas en la plaza Tahrir, luego que una acción sin precedentes se presentara ante los manifestantes para pedirles que legitimen su mandato.
Por otro lado, el Consejo de las Fuerzas Armadas anunció que un referéndum constitucional se celebrará el 19 de marzo. Se votará para reducir la duración del mandato del jefe de Estado de seis a cuatro años y para admitir una sola reelección. Además, se reducirán los requisitos para presentar candidatos.
El gobierno militar ha prometido que la transición será de seis meses, antes de entregar el poder a las autoridades elegidas en elecciones parlamentarias y presidenciales, pero no han fijado fechas.
¿El resto de la región? Dudas, y muchas. La mayoría de las rebeliones parecen haberse enlentecido, aunque todo puede cambiar (como pasó antes) si Muammar Gadafi cae en Libia. Va llegando el tiempo de las definiciones, para saber si la ola popular en Medio Oriente cambia el mapa para siempre, o si se vuelve una de las mayores oportunidades perdidas de transformar a la región.